Avanza el desminado humanitario en Nariño y fortalece la paz en el sur del país
Más de 3.100 personas han sido beneficiadas con educación en riesgo de minas y se han intervenido 23 sectores en zonas históricamente afectadas. El trabajo articulado entre el Gobierno Nacional, organizaciones humanitarias y comunidades permite recuperar territorios antes intransitables por el conflicto.
20/10/2025
NARIÑO
El departamento de Nariño, uno de los más golpeados por las minas antipersonal en Colombia, registra avances significativos en su proceso de recuperación territorial gracias al desminado humanitario. En el marco de los acuerdos entre el Gobierno Nacional y el grupo Comuneros del Sur, y mediante el trabajo coordinado del Grupo de Acción Integral contra Minas Antipersonal (AICMA), se ha iniciado una nueva etapa de paz y seguridad en zonas históricamente inaccesibles.
“El desminado se ha convertido en un catalizador del desarrollo y la paz territorial. En municipios como Samaniego, antes altamente afectados, hoy avanzamos en la liberación de tierras y la reducción del riesgo”, señaló Mauricio Silva, coordinador del Grupo AICMA.
Hasta septiembre de este año, se han desplegado nueve equipos acreditados en el terreno y se han intervenido 23 sectores en proceso de verificación y despeje. Además, más de 3.100 personas han participado en talleres de educación en riesgo de minas, promoviendo la prevención y el autocuidado en las comunidades.
Uno de los esfuerzos destacados proviene de la organización internacional Humanity & Inclusion (HI), que trabaja en los municipios de Samaniego, Santa Cruz y La Llanada. Sus cinco equipos, conformados por habitantes locales, han llevado a cabo estudios y operaciones de despeje conforme a estándares técnicos nacionales e internacionales, beneficiando a más de 1.700 personas, principalmente de comunidades campesinas, afrocolombianas e indígenas.
Por su parte, la Brigada de Ingenieros de Desminado Humanitario del Ejército Nacional realiza operaciones en Mallama y Cumbal. Además de las labores en terreno, ha reforzado su acercamiento con la comunidad mediante 55 jornadas pedagógicas y 76 acciones de difusión pública, alcanzando a más de 7.200 personas.
“Se trata de que niños, niñas, mujeres, campesinos y pueblos indígenas recuperen la geografía vital de sus espacios más cotidianos y puedan transitar con plena seguridad. Liberar la tierra de estos artefactos que tanto dolor han producido en Colombia es también liberar la esperanza”, afirmó Ángela María Robledo, delegada del Gobierno en la Mesa para la Co-construcción de Paz Territorial.
Cada zona despejada, cada mina destruida y cada comunidad que vuelve a caminar sin miedo, son logros concretos de una paz que se construye desde lo cotidiano, reafirmando el compromiso del Estado y de los actores humanitarios con la vida, la seguridad y la reconciliación en el sur del país.
Grupo de Acción Integral contra Minas Antipersonal
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